WALKING DRAWING
2013-2015


Werner Herzog caminó desde Munich a París para ver a Lotte Eisner, quien enferma estaba a punto de morir. Con la firme creencia que ella continuaría con vida si él iba a pie, caminó durante dos meses en pleno invierno. Con el cuerpo llevado al límite, Herzog atravesó ciudades, campos desolados y perdió el rumbo. Del frío a la soledad extrema, cruzó un paisaje geográfico y mental que sólo la duda de si ella continuaría con vida lo mantendría en movimiento.

No te preguntes qué es aquello que estás viendo y cambia el verbo por aquello que sucede. Reencuentra el tiempo y el espacio ocasionados por el contacto del trazo que se debe al estremecimiento del instante y que consiste en existir.  Abrirse paso cuando ya cercanos al punto de deriva retomamos el impulso con mayor intensidad. La mano, el cuerpo: la trayectoria del gesto y del aliento que se prolonga.

Nadie permanece mucho tiempo ante una imagen detenida. Las líneas de errancia arriesgan una improvisación. Sostener un mismo trazo y devenir, trazándose en su entonación y resonancia, en su expansión y entrañamiento. Volver al cuerpo y a la mano que traza,  como aquella voz que canta para acumular fuerzas ante el miedo.  El canto del pájaro: la paz recobrada al término del trayecto.*


Cuando Werner Herzog llegó a París, Lotte Eisner le esperaba.


*Chantal Maillard. El pájaro. Variaciones sobre poesía y pensamiento 

Polypthic
Pen on paper 10 x 15 cm c/u 

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